Victor Küppers: historias de vida cargadas de emoción y motivación
https://www.prestigia.es/wp-content/themes/corpus/images/empty/thumbnail.jpg 150 150 Prestigia Prestigia https://secure.gravatar.com/avatar/8da4cfd38fe6d62f5407c8b6eff07bcf?s=96&d=mm&r=gDespués de un primer intento fallido de la sesión de Victor en Prestigia (celebramos que te hayas recuperado tan pronto, Victor), hoy hemos gozado con historias de vida, experiencias, muchas anécdotas de culés y más de una hora de conceptos muy claros y a la vez fundamentales para la vida, de la mano de Victor Küppers.
Victor nos guió en su charla a través de tres conceptos claves: los principios, la lucha y el buen humor. Pocas ofertas laborales piden como requisito el buen humor, y en cambio ¡es fundamental! La actitud de lucha es la contraria a todas las frases de excusas, que suelen empezar con un: “Es que…”: “es que la crisis”, “es que el gobierno”, “es que…”. Quien comienza sus frases con un “… es que…” cada vez que explica una situación, es un firme candidato a pertenecer al grupo de las personas que no transmiten luz, que están del lado oscuro: pesimista, negativo y cómodo. Mientras, aquella otra persona que ante una situación también difícil actúa pensando y diciendo: “qué puedo hacer…”, pertenece al tipo de las personas que brillan y en definitiva transmiten luz: optimistas, positivos y sacrificados. Y la diferencia no está en que uno tengan más estudios o experiencia que el otro, sino en una buena o mala actitud.
Así, el valor de las personas radica no sólo en sus conocimientos y habilidades, sino predominantemente en su actitud. En una fórmula sencilla Victor nos explicaba gráficamente el valor multiplicador de la actitud:
Valor de la persona = (Conocimiento + Habilidades/Experiencia) * Actitud
es decir:
V=(c+h) * a
Para tener una buena actitud necesitamos mantener un equilibrio entre nuestras esferas personal y profesional. ¿Que el trabajo nos consume el 90% de nuestro tiempo y dedicación? No estamos bien equilibrados: una familia que no se cuida, los amigos que no se visitan, el espíritu y alma propios que no se cultivan diariamente, se secan, se resienten, se quiebran y pueden perderse. Sin duda, es fácil mantener una buena actitud cuando todo nos es favorable, pero también hay que mantenerla en las épcas difíciles: “No se sabe quién está desnudo hasta que baja la marea”. Es entonces cuando la actitud de solucionar problemas, la lucha, el esfuerzo y el buen humor nos ayudan a capear los temporales.
Victor terminó con tres consejos concretos para vivir la vida con alegría: ser agradecidos por tener la oportunidad de mejorar y vivir cada día; tener ilusiones y creer que pueden llegar a ser también nuestra realidad; y mantener y cultivar el buen humor. Y está en nuestra mano aplicarlos a diario.
Hemos terminado la charla con sonrisas; descubrimos con Victor, que el buen humor además de ser bueno, es contagioso.
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